La evolución en el número de contagiados por coronavirus en los países europeos y asiáticos está comenzando a sembrar la inquietud en los principales sectores económicos, entre ellos el inmobiliario.
Hasta hace pocos días, los principales actores del mercado de la vivienda se mostraban tranquilos “ni siquiera se hablaba del tema entre los profesionales, reinando la tranquilidad, pues no se preveía ningún impacto económico significativo en el sector. La situación cambiaría en caso de extenderse como en otros países (China o Italia)”.
En estos momentos, y ante un aumento significativo de los contagiados, “el sector se muestra cada vez más vulnerable. Hasta febrero, ni bajaban los precios ni había una disminución de inversores. Incluso los inversores chinos continuaban con sus planes de inversión en el mercado inmobiliario. Pero la situación está cambiando a cada momento, y ya se puede empezar a hablar de las primeras cancelaciones de operaciones de compraventa”. Esto se debe a que las empresas en general están quedando en una situación muy vulnerable, y los trabajadores están aplazando la decisión de compra.
“Está claro que el alarmismo es lo más peligroso de esta epidemia, que puede tener efectos muy negativos para la economía. Si la situación se prolonga en el tiempo y geográficamente, el crecimiento se reducirá”.
Invitamos a nuestros lectores que unan esfuerzos para evitar compras de pánico e impulsar el mercado local.